Colaboraciones

LENA BURKE y el arte de escribir con armonía.

Por: María Elena Lavaud.

Es la primera mujer latina en representar a la mundialmente reconocida fábrica de pianos Baldwin. El suyo es rojo, su color preferido. Allí ha compuesto buena parte de sus canciones.

No pocas veces un cosquilleo en la yema de los dedos la ha despertado, urgiéndole que se levante y escriba —al piano— esa canción que le robó el sueño. Más vale hacer caso. “Me han despertado canciones que, si lo dejo para después, no hay manera de rescatar. Me ha pasado; se me han escapado canciones que nunca más he podido recuperar”, dice la cantautora Lena Burke, una escritora de canciones; una artista integral que derrocha vigor musical e interpretativo en el escenario. Pocos saben que todo comenzó con la poesía cuando era una pre adolescente y pretendía preservarse en la música clásica para esconder su timidez.

Lena Burke foto1Las páginas de Neruda, Lorca y Benedetti eran sus compañeras fieles mientras estudiaba música en el conservatorio Amadeo Roldán de La Habana. Estudió 12 años de piano clásico, y la primera aproximación a la escritura de una canción fue a los seis años. La familia guarda con celo una grabación donde Lena, con apenas dos años, cantaba los temas de su madre y su abuela. “No sabía ni hablar, pero dicen que cantaba con mucha musicalidad; por eso estudié música desde los tres años”.

De casta le viene al galgo. Lena es la tercera mujer de una dinastía como no hay otra en el mundo hispano, que ha hecho historia en la interpretación musical. Hija de Malena y nieta de la “Señora Sentimiento”, Elena Burke. Dos mitos de la canción cubana. Huelgan las palabras.

El astro español de la canción de autor, Alejandro Sanz, no dudó en recomendarla con su disquera al escuchar la interpretación de aquella joven que integraba los coros para su disco No es lo mismo. “Lena me dijo que mi música había sido fuente de inspiración para ella desde que era pequeña, lo cual no me sentó nada bien como comprenderán. Cuando la vi sentarse al piano y comenzar a cantar algunas de sus composiciones, pensé: ‘¿Desde pequeña?’ ¡Esta mujer nunca ha sido pequeña!; entonces sentí esa ansiedad que he sentido en otras ocasiones; la inquietud por presentarles a otros lo que yo había descubierto esa noche en aquel estudio”, ha dicho Sanz públicamente una y otra vez.

¿Cómo comenzaste a escribir canciones?

—Yo comencé con poesía. Escribía pensamientos y hasta cuentos. Mucha imaginación tenía y era muy tímida. ¡Casi ni hablaba! Ahora no me creen eso, pero era así.

Entonces leías mucho….

—¡Sí! Leía a Pablo Neruda; a García Lorca y a Benedetti, por ejemplo. Siempre me fascinó la poesía, que era perfecta para andar en mi mundo interior y para lidiar con mi timidez; además soy muy romántica. Escribir aquellos pensamientos y poemas era mi mejor terapia. Escribía cosas que no me atrevía a decir, y fui tímida hasta pasados los 20 años, aunque no lo creas. Por eso al comienzo quería dedicarme a lo clásico y a la música instrumental, donde no tuviera que decir ni una sola palabra. ¡Pregúntale a mi madre o a mis profesores! ¡La gente creía que yo era muy pesada; pero en realidad era la timidez que no me dejaba comunicarme! Así que escribir aquellos cuentos y poemas fue mi mejor ayuda. A los ocho años escribí una canción y se la enseñé a mi papá, Rey Nerio, también músico, y me dijo “eso no sirve”; siga intentando. Eso me frenó un poco, pero luego retomé en la adolescencia. Todo eso me ayudó mucho con la timidez.

El despertar y el amanecer parecen tener un sentido especial para Lena. Si puede escoger, elige la mañana para escribir y componer, contrario a la mayoría de sus colegas. “Ellos prefieren la noche; la inspiración de la luna. A mí me resulta mejor la mañana; si he dormido bien, claro está.  Me siento más despejada”. Ahora está preparando un CD/DVD con sus presentaciones en vivo que incluirá canciones nuevas y otras ya conocidas. “Quiero que la gente me vea en escena; que me vean como soy en el show; en vivo. Los videos para las canciones son otra cosa. Esto no está plasmado todavía”.

Cuéntame de la primera vez que sentiste que por fin habías escrito una canción de verdad.

—Se llama Sígueme, y está en mi primer disco. Fue la primera que escribí completa y al terminarla, cuando la leí, dije ¡Wow, esto si es una canción!  Esa marcó una pauta, porque en ese momento dije: ¡Esto me gusta! A partir de allí me enamoré de la magia que tiene la composición.

_ ¿Qué dijo tu papá esa vez?

_ Me dijo: “¡eso está bueno! Va bien por aquí; debes escribir más, más y más». Siempre me anima para que continúe, y yo confío mucho en él. Me corrige todo; es mi guía y escribe también; sabe de letras, de armonía en las canciones. Yo confío en su palabra.

 

Lena Burke y el piano - Foto de Omar Cruz
Foto de Lena Burke, por Omar Cruz.

SÍGUEME

Desperté imaginando
cómo sería la vida sin ti
y en silencio he llorado
la soledad que está por venir.

Sígueme, sígueme…
porque quiero escapar con la brisa del mar.
Sígueme hasta aquel rincón
donde un día juramos amarnos tú y yo.

Desperté y tengo miedo
dejar la vida correr así:
sin deseos ni desvelos,
si no te has marchado y ya te perdí.

Sígueme, sígueme…
si no encuentras tú los secretos
que yo guardo dentro del corazón.
Ven y muéstrame la razón
porqué al mirar tus ojos me pierdo yo.

Sígueme, sígueme…
y de una vez
olvidemos lo pasado:
sólo importa ser feliz

LENA BURKE

https://youtu.be/pCmncNVpKW4

¿Dónde estabas cuando escribiste esa canción?

—¡En el counter de la cocina! Y eso que yo no cocino nada; pero a veces, parada ahí me surgían ideas, como esa vez. Enseguida la escribí en un papelito y luego me senté en el piano e hice una primera parte. El coro me salió primero; luego los versos me tomaron más trabajo. ¡Era la primera vez! Así que estuve un tiempo dándole vueltas y vueltas hasta que salió. Es una canción un poco juvenil.

_ “Qué misteriosa la calma; se oculta en el umbral de mi ansiedad”. Me gusta mucho esa frase del tema “Tu Corazón” que ha sido un gran éxito que grabaste con Alejandro Sanz. ¿Por dónde empieza tu proceso creativo?

_ Esa canción nació inspirada en Alejandro y su música. Siempre imaginé cantarla con él. La mayoría de las veces comienzo por la música. Es mi formación. Las notas aparecen mucho más fácilmente. Melodías, armonías.  A veces ocurre cuando estoy estudiando; me la paso en el piano; y de pronto llega una melodía y dices ¡guao!, ¡Esto de donde viene!; esto puede ser una canción, o derivar a otra cosa. He escrito temas instrumentales que siento que los voy a dejar así, pero siempre termino poniéndole letras.

_ ¿Usas el diccionario al escribir?

_ Antes no lo hacía.  Ahora sí; es algo que surgió cuando comencé a co escribir con otros compositores y músicos. Generalmente escribo por inspiración más que por oficio, aunque he hecho talleres de composición donde produces hasta 10 canciones en una semana con otros compositores; es un trabajo bien interesante y diferente, porque te abres a lo que el otro quiere decir, y a veces decir algo en el mismo idioma implica sin embargo usar palabras distintas; modismos. Por ejemplo, en el tema “Mas na’ contigo” con el que termino siempre el show, hay palabras que son muy colombianas porque la co escribí con Jorge Villamizar. Eso es bonito. Cuando escribes solo estás con tu manera de pensar nada más, con lo que te gusta y crees que es lo correcto; pero si hay otra persona, debes estar abierto a lo que el otro quiere decir, y de pronto salen canciones que tal vez no son para que tú las interpretes, pero si para otros artistas. Es un proceso bien interesante y más rápido. Yo he escrito hasta regional mexicano. Cuando escribes con otros artistas se amplían los géneros musicales. Nunca sabes a dónde puede llegar una canción.

Lena Burke foto 3_ Como cuando escribiste con Alex Ubago y Jorge Villamizar. ¡Las canciones llegaron hasta el Grammy! ,

_ Nunca se sabe lo que puede salir de una unión al azar. Cosas que a veces uno no se espera. Con Jorge había coincidido muchas veces en Miami; nos conocíamos de años atrás; coincidíamos en fiestas, vivíamos en la misma ciudad, pero nunca nos habíamos sentado a componer. Cuando lo hicimos, hubo química de inmediato. Hicimos dos temas en un día. Luego se sumó Alex e hicimos un disco entero que quedó buenísimo. Escribimos 14 canciones entre los tres.

_ Esos videos han sido vistos por más de 20 millones de personas, y ¡terminaron ganando un Grammy!

—¡Exacto!

—¿Cuántas canciones has escrito?

—Creo que 200 aproximadamente. A veces escribo mucho y luego paso periodos de no escribir nada. Antes procuraba dividir los tiempos para dedicarme a escribir y luego a las presentaciones y las promociones, pero hoy tengo que hacer todo a la vez.

Lena Burke poetasyescritoresmiami_ Decir cosas sensibles, profundas pero breves en una canción de dos o tres minutos luce complicadísimo…

—Es difícil. A veces me puedo tardar un año con una canción. Aunque he escrito cosas en un día, no siempre salen fácil. Cuando lo haces con otro artista fluye más rápido, porque estás ejerciendo un oficio; es un trabajo. Yo hago co autorías apenas de cinco años para acá. Antes hacía todo sola y casi siempre van los coros primero, pero luego en los versos a veces te enfrascas y no sabes salir de todo aquello.

—¿Cómo lo logras al final?

—Hay distintas maneras. A veces he sentido como si me dijeran en el oído cosas que me pregunto de dónde salieron; y es que tal vez lo tienes por dentro y no sabes que está allí; cosas de tu familia, de tus amigos que guardas en tu disco duro y cuando te sientas de pronto aparecen.

—Ya sabemos que prefieres el día para escribir y componer. Pero ¿Necesitas además un ambiente especial?

—Me gusta estar sola. Prender mi velita, que creo que es como invocar a Dios, pedir la luz; que te abran el entendimiento los seres que te protegen; yo creo en eso. Antes tenía a mi perro que se sentaba debajo del piano y me acompañaba; eso me inspiraba mucho. No sé por qué siempre escribo con un ánimo melancólico y de despecho. Aunque tengo la clave y el son de mis raíces, con lo que la música puede sonar alegre, las letras siempre hablan de la pérdida de un amor. Escribo de cosas que me han pasado. No hay misterios en eso. Yo creo que en general la trova tradicional cubana y la nueva trova, aunque tenga ritmo, tienen mucha melancolía. Creo que en mi caso tiene un poco que ver con el hecho de haber salido de mi país; uno a veces se siente como en un limbo, aunque hagas tu casa en otro lado. Eso siempre va por dentro.

—¿Qué no dirías nunca en una canción?

—Siempre trato de ser fiel a lo que soy. Escribo sobre lo que vivo, no sobre lo que imagino o invento. Soy muy autobiográfica. No escribiría nada que degrade a la mujer. Uno debe darse su lugar, aunque sufra por un gran amor. No haría nada que nos degrade.

Habiéndote visto en varios conciertos y presentaciones en vivo, cuesta creer que alguna vez fueras tímida. ¿Cómo lograste conjurar eso?

Lena Burke foto 5—Mamá salió de Cuba con un contrato para presentarse en un festival de boleros en Barquisimeto, una ciudad del occidente de Venezuela. Se enamoró de ese país; se fue a Caracas y se quedó allí; de hecho, se casó con un cubano-venezolano. Yo salí de Cuba por Canadá y luego mi mamá me llevó a Venezuela, donde viví cosas muy importantes. Pasé de la adolescencia a la vida adulta en muchos sentidos. Llegué a Caracas con 16 años y mi empeño de ser una pianista clásica y desarrollarme por allí. Un día el pianista de la banda de mi mamá le falló; tenía un concierto en pocos días, entonces me dijo: “si tocas a Beethoven, a Chopin y a Bach, ¿Cómo no vas a poder tocar un bolero cubano o un son?”. Por necesidad, me dijo que me aprendiera sus temas y fuera su pianista. Así fue cómo entré en la música popular: siendo la pianista de mi madre. ¡Y lo hice por ocho años! ¡Eso me cambió todo! Comencé a escuchar distintos tipos de música; vi la importancia de mis raíces y de estar en contacto con eso. Comencé a escribir más en serio. Antes era sólo escribir cosas que me nacían. Así que en Venezuela pasé de mi adolescencia a la vida adulta y debuté profesionalmente ante el público como la pianista de mi mamá. Luego aquí en Miami me convertí por mucho tiempo en la directora de su banda. Eso me hizo ganar mucha confianza.

—¿Fue difícil interpretar el personaje inspirado en la música de La Lupe que hiciste en la película La Mala o ya habías dominado del todo la timidez?

—Sí; me costó mucho, pero me aportó mucho también. ¡Me terminó de sacar la timidez! Al comienzo casi que lloraba cuando el director me pedía hacer ciertas escenas, pero me sumergí en el personaje; fue un reto grande y lo hice. La Mala me ayudó mucho para las presentaciones de mi show en vivo; me dio mucha escena; es como si sintiera la energía de La Lupe, que fue una mujer ícono de la música cubana en su época. Con ese trabajo descubrí a esa tremenda artista, y me enamoré de su tormentosa vida, porque a pesar de eso, fue un símbolo de la música hispana que muchos jóvenes no conocen: una artista que hizo cosas increíbles, que llegó a programas americanos con su inglés machucado y fue una reina en su momento. Esa historia para mí era desconocida, increíblemente. Mi padre y yo hicimos la banda sonora para esa película, que fue más un homenaje musical a La Lupe que su biografía. Hicimos versiones de sus canciones para todas las etapas de su vida. Hice una voz adolescente que era más suave, y luego al ser adulta se vuelve más zafia y desgarrante. Ese estilo único me abrió otro horizonte y me hizo mucho más versátil.

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—Por esa interpretación ganaste El Halcón Maltés, que es un premio del público en el Festival Internacional de Cine de Ibiza, y también el de Mejor Intérprete Femenina, en la Mostra de Valencia, España. ¡Has ganado muchos premios y nominaciones! ¿Qué tienes de tu abuela, la “Señora Sentimiento” y de tu mamá, Malena Burke?

—Las tres tenemos voces distintas. Mamá es contra alto y mi abuela lo era también. Antes yo era soprano; ahora soy mezzo soprano. Mi voz es más aguda. Aunque tenemos estilos diferentes, a las tres nos une el sentimiento al interpretar. A veces hay voces muy bonitas pero que suenan frías; no sienten las letras al interpretar. Mi abuela era única para eso. Ella cogía una canción y la hacía suya; nadie la iba a cantar como ella, y nunca la cantaba igual. Mi madre tiene eso también. Aunque es más temperamental que mi abuela y es más versátil. Mamá ha hecho hasta salsa; puede cantar una balada, bolero y hace guaracha muy bien. Es más movida.

—Tienes un poco de las dos, aunque eres la única que escribe.

 Las voces del siglo Lena Burke—No creas; mamá escribe poemas pero le da pena. Nunca les ha puesto música. Ella estudió en el mismo conservatorio que yo; mamá estudió guitarra y violín  y mi papá trombón y guitarra. Mama le descubrió a mi abuela un poema que no sabíamos que existía. Fue cuando murió, recogiendo sus cosas; estaba en una libretita con su letra. La abuela fue una gran intérprete del bolero, aunque hacía también son y guaracha, pero trascendió por su forma particular de interpretar boleros. Por eso le decían la Señora Sentimiento, en aquella época cuando se creó un movimiento que en Cuba conocían como “Filin”, una especie de traducción de feeling, que es sentimiento en inglés; una especie de bolero jazz con armonías difíciles y diferentes. Yo tengo un poco de jazz y tengo pop rock que me gusta también, junto a una mezcla de mis raíces cubanas y románticas, pero a las tres nos une el sentimiento a la hora de interpretar, que es muy fuerte.

—Puedo imaginar lo que será una hija tuya, ¡la cuarta en la dinastía Burke!

—¡Dios mío! Ni siquiera tengo novio, pero ¡que estudie arquitectura!, porque la música es bella pero difícil. El negocio de la música en general lo es. Si lo ama mucho, sí, porque esto no se puede hacer a medias.

—¿Escribirías un libro?

—¡Me encantaría! Creo que tengo mucha creatividad e imaginación para eso. Me gustaría una novela, pero no me atrevo; le tengo mucho respeto a los escritores. Yo respeto a todo el que se dedica con profesionalismo a hacer lo suyo; por eso no lo he hecho. Hay mucha gente, por ejemplo, que quiere cantar y yo digo, ¡caballero! hay que tener respeto con los intérpretes; esto hay que sentirlo; amarlo y quererlo; no es solamente tener un don; hay que estudiar, porque esta carrera tiene ups and downs; hay que amarla a plenitud para poder lograrlo. Yo no escogí la música; creo que ella me escogió a mí.

www.lenaburke.com

Foto de portada: Víctor Rodríguez.

Fotos reportaje: archivo familia Burke y portal de Lena Burke.